martes, 11 de marzo de 2014

Viaje a Gambia 2013 (8º parte)

Gambia con Spainbirds. Octubre de 2013.
Octava parte. Aves: de gangas a rapaces nocturnas.

Vamos llegando a algunas de las mejores imágenes del viaje, o, al menos, de las que estoy más contento.  Otras no tienen demasiada calidad, pero creo que vale la pena ponerlas por lo meritorio de haber visto las especies. 

Empezamos por la ganga cuadricinta (Pterocles quadricinctus), que pudimos ver fugazmente en una zona de marismas alternada con zonas sobreelevadas más secas. Aunque no es de un colorido como el de las nuestras valió la pena observarla. Continuamos con la tórtola engañosa (Streptopelia decipiens) y la tórtola vinosa (Streptopelia vinacea)





Seguramente el ave, ademas del obispo anaranjado (Euplectes franciscanus), del que he hecho más y mejores fotos sea la tórtola senegalesa (Streptopelia senegalensis), debido a su abundancia, ser bastante confiada y tener un bonito colorido. Os dejo un par de las que más me gustan. También una imagen de Oriol de la palomita saheliana (Turtur abyssinicus) realizada desde el cayuco que le tocó en el rio Gambia y que encuentro especialmente bonita por el colorido y el movimiento que transmite. 




A continuación la que quizá es la joya de la corona, fotográficamente hablando. Tuvimos la suerte de fotografiarlo bien un par de ocasiones, especialmente en Pirang antes de bajarnos del autocar, desde el mejor hide: ¡el vehículo! Se trata del cucal senegalés (Centropus senegalensis), del que me llamó la atención el plumaje y esa feroz mirada que tiene. 



Un ave curiosa es el turaco gris (Crinifer piscator), con un porte y pico que me recuerdan a una rapaz, sin serlo en absoluto, y ese divertido aspecto punki que le dan las plumas de la cabeza. Uno de los pocos cucos que pudimos ver bien fué el críalo listado (Clamator levaillantii). Acabo este bloque con dos rapaces nocturnas. La primera es el cárabo africano (Strix woodfordii), que costó muchísimo de fotografiar entre los escasos espacios que dejaba el ramaje en el bosque. Además las condiciones de luz eran infames. Pongo la foto no por calidad sino por interés ornitológico. La segunda es el mochuelo perlado (Glaucidium perlatum), que pudimos contemplar encima nuestro (para suplicio de nuestras cervicales) un buen rato. 







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