martes, 8 de octubre de 2024

Anillo de Picos de Europa . Primera etapa: de Cordiñanes a Collado Jermoso (I)

El Ocho o Anillo de Picos de Europa. Introducción y 1º Etapa. 

(9 a 16 de Septiembre de 2024)


Introducción

Es uno de los proyectos que tenía pendiente desde hace muchos años, más de 30. Me di cuenta al recuperar del fondo del armario de la cacharrería montañera los viejos planos de la Editorial Alpina de nada más y nada menos que de 1987. De poco me sirvieron, al estar sin actualizar y con pocos caminos marcados, Sin embargo, sus descripciones, en ocasiones hasta poéticas, merecen ser leídas, en este caso obra del geólogo Noel Llopis Lladó y de José Ramon Lueje, con revisión de José Antonio Odriozola. Importante es remarcar que la editorial Alpina fué creada por un ilustre geógrafo de Granollers, el profesor Salvador Llobet, en una época prácticamente sin mapas, excepto la cartografía militar.  

"En el límite entre las provincias de Santander, Oviedo y León se levanta este agreste macizo calizo que nada tiene que envidiar por su enhiesta topografía a otras montañas de mayor altura y tradicionalmente más conocidas por su situación geográfica, como los Pirineos o los Alpes. Sus relieves son de tal modo escarpados que no tienen igual en la Península ni siquiera en las altas cumbres de los Pirineos Centrales; sus paisajes robustos, bravíos e insólitos, con sus picos y "tiros" en las alturas, dominio del mundo de las verticales, y sus plataformas y vallonadas cuajadas de "jous" (antiguas cubetas de sobreexcavación glaciar transformadas en dolinas, por disolución de la caliza, desarrolladas posteriormente) tienen un sello de tal recia personalidad que no aparecen en ninguna otra montaña de las tierras hispanas ni aún de las europeas"
Noel Llopis Lladó 

Poco hay que añadir a tan bella y precisa descripción. Sólo añadir que se trata de tres macizos: el occidental o de Cornión, coronado por la regia Peña Santa de Castilla, el Central o de los Urrieles con el mítico Naranjo de Bulnes o pico Urriellu, separado del anterior por la profunda hendidura excavada por el río Cares y el Oriental o de Ándara, separado del anterior por el valle, no me atrevo a llamarlo garganta por sus suaves relieves, del río Duje, menos conocido y de menos altitud.  

Vista desde el Puerto de Pandetrave (1566 m) de los macizos Occidental 
y Central, separados por la profunda Garganta del Cares. 


Nuesta pequeña aventura se ciñe al que yo conocía como Ocho de Picos, ahora más conocida como Anillo de Picos, al tratarse de diversas rutas circulares que recorren los tres macizos. Hay una web magnífica, llamada , como no, El Anillo de Picos,  que muestra los recorridos y permite reservar los refugios, aunque no todos ellos. Hay diversas posibilidades, desde la más básica, llamada el Anillo Vindio en honor a la tribu cántabra que resistió heroicamente a los romanos hasta el año 26 AC, hasta  el Anillo Extrem, que engloba los macizos Occidental y Central, y el Anillo de los Tres Macizos, que incluye además al macizo Oriental. 

Mapa de los posibilidades de el Anillo de Picos. Imagen de la web Anillo de Picos. 

Nosotros nos ceñimos a un trazado parecido al Anillo Extrem, pero extendido al valle del rio Duje, uniendo los macizos Occidental y Central pasando por la garganta del Cares.  Aclarar que nuestra ruta final fué también producto de no ir directamente de la Cabaña Verónica a Uriellu por el peligroso descenso por los Horcados Rojos, al haberse retirado el cable de acero,  y por un día de mal tiempo que no nos permitió pernoctar en Jou de los Cabrones. 

Ruta final, bastante parecida al Anillo Extrem, pero con extensión al macizo Oriental. 

Lo positivo es que hicimos parte del anillo del macizo Oriental, que pasamos por Bulnes y que recorrimos casi toda la garganta del Cares. Aclarar que nos saltamos el refugio de Vegabaño,  muy apartado del macizo Occidental, para, en una maratoniana etapa ir de Vegaredonda a Cordiñanes, lugar de inicio de nuestra ruta.  Para una posterior visita dejamos ir a Jou de los Cabrones desde Urriellu y bajar a Bulnes y el Cares y, quizás, visitar el Casetón de Andara para completar la visita al macizo Oriental. 

Antes de pasar a la descripción de la 1º etapa darle las gracias a Manel García Lareo, compañero de trabajo, amigo, gran Médico de Familia y mejor persona, por aguantarme durante la semana  de la ruta y pegarse los palizones de coche a la ida y a la vuelta. Tan importante es el camino como la buena compañía. Si la salud, las fuerzas y mis lesiones lo permiten nada me gustaría más que completar contigo esos rincones del recorrido que aún nos quedan.  



1º Etapa: de Cordiñanes a Collado Jermoso (9 Septiembre de 2024)

Cordiñanes de Valdeón-Peñas del Porrocho-Canal de Asotín-Vega de Asotín-Collado Solano-Traviesa del Congosto-Refugio Collado Jermoso

Desnivel positivo: 1248 m 
Dificultad: Alta
Tiempo: 4h como mínimo. 
Agua: No

El Ocho o Anillo de Picos permite iniciarlo en cualquier parte del recorrido. Lo más fácil y que te ahorra 800 m de desnivel es tomar el teleférico de Fuente Dé y iniciar la ruta en El Cable, a casi 1900 m de altura. Nosotros optamos por iniciar la ruta en Cordiñanes y realizar un desnivel positivo de casi 1300 m en poco más de 4 h, horario que es el marcado para la etapa. Para darle aún más mérito aclarar que salimos de Parets del Vallès a las cuatro de la mañana. La etapa es dura y exigente, apta sólo para "montañeros muy experimentados", como reza en un cartel al inicio y que leímos al completar el Ocho o Anillo de picos.  

Aclarar que Picos de Europa no tiene absolutamente nada que ver con los Pirineos, ni siquiera los centrales. Los desniveles son sencillamente brutales, los caminos como tal, sobre todo a partir de 2000 m de altura no existen, no suelen estar o están mal balizados y además la particular orografía, con las depresiones o  "jous" y las frecuentes nieblas hacen mucho más difícil la orientación. Afortunadamente, a partir de los 1800 m las nubes suelen quedar por debajo nuestro. Dar desniveles exactos es difícil, ya que casi todos los caminos son un sube y baja constante. 

Por ello es aconsejable llevar GPS o algún sistema para geoposicionarte, un buen mapa y, sobre todo, saber orientarse bien. Otros requisitos imprescindibles es llevar agua para toda la jornada, dada la escasez de fuentes, una buena forma física y, como no, una buena dosis de prudencia. Cuando la niebla invade las cumbres es mejor renunciar a menos que conozcas previamente el camino y, aún así, es fácil extraviarse, incluso con GPS, ya que en los "jous" y gargantas la señal no llega o da errores. 

Mapa de la primera etapa, de Cordiñanes de Valdeón a 
Collado Jermoso por la Canal de Asotín y Collado Solano. 


Tras el palizón de coche y pararnos en el Puerto de Pandetrave para admirar las vistas, hicimos una magnífica comida en la Pensión Begoña en Posada de Valdeón, que incluyó unas alubias estofadas. La etapa se inicia en un parking en las afueras de Cordiñanes de Valdeón, bajando hacia el Cares.  Hay una buena fuente, que por supuesto probé con fruición. Soy de los que beben en cada fuente. Nunca me ha pasado nada, por cierto. Con la mochila cargada, ya que las tres primera jornadas nos llevamos la comida del mediodía, empezamos a subir por pista y luego un estrecho y vertiginoso camino, equipado con cadenas, que atraviesa las escarpada Peñas de Porrocho para flanquear hacia la canal de Asotín. 

Esto nos espera: el macizo Occidental y el Central, separados por el Cares. 

De  izquierda a derecha, en el macizo Central, Torre del Fierro (2445 m), collado 
de Chavida, Torre del Hoyo de Liordes (2474 m) y Torre de Salinas (2446 m). 

El macizo Occidental desde Posada de Valdeón, con la Torre Bermeja (2392 m). 

Por esta vertiente Sur no hay ningún camino. El único esta en el lado Oeste, por la 
Canal del Perro y la Collada del Burro, por donde bajamos en la última etapa. 

Saliendo por un tramo de pista de Cordiñanes de Valdeón. 

Por debajo nuestro la carretera que lleva a Caín y el inicio de la Garganta del Cares. 

Se acaba la pista y tomaremos el camino que se ve a la derecha de la imagen. 

Una alfombra de azafranes de montaña nos despide del buen camino. 

Tenemos que atravesar la cresta de las Peñas del Porrocho por un vertiginoso
camino, con tramos excavados en la roca, asegurados por cadenas. 

Primer tramo con cadenas. 

El camino vuelve a ser tal durante unos metros. 

Gracias a Manel salgo en algunas fotos. 

Un segundo tramo con cadenas en ascenso. 

Para bajar de nuevo hasta otro tramo más amigable. 

Manel llegando al final de la cresta. 

El paisaje es una maravilla. Vale la pena parar 
y disfrutarlo. La foto, obviamente, es de Manel.  

A partir de aquí el camino pierde dificultad y se va hacia la derecha, hacia la Canal de Asotín. 

Un cómodo flanqueo hacia la derecha nos lleva hasta el fondo del hayedo, que ocupa la parte baja de la Canal de Asotín. El camino se vuelve más agradable, entre el bosque, ascendiendo progresivamente hasta la Vega de Asotín. Aclarar que las vegas son zonas con pastos, más o menos llanas, situadas entre los bosques o entre el roquedo. Es donde suelen estar las escasas fuentes de Picos de Europa, si las hay. En el caso de la Vega de Asotín no vimos ninguna. 

Nos dirigimos hacia el hayedo de Asotín, subiendo luego por la canal homónima. 

Contemplando las inaccesibles paredes. 

Mirando atrás, por encima del hayedo, el macizo Occidental de Picos de Europa. 

Coronado por la fabulosa Peña Santa de Castilla (2593 m), 
con su larga pared Sur,  paraíso de escaladores. 

Me pareció una lagartija roquera, Podarcis muralis, pero a ver que dicen los expertos. 
Por distribución podría ser perfectamente, al ocupar todo el Norte peninsular. 

Antes de llegar a la Vega de Asotín un curioso tobogán, fruto de la erosión fluvial, 
baja desde las laderas al pie de la Torre del Fierro (2475 m). Con nieve sería perfecto . 

Vega de Asotín. Sólo le falta una fuente. 

Pica de Asotín (1673 m) y la canal que lleva al collado Solano. 

Paramos unos instantes en tan bonito rincón y aproveché para fotografiar a un grupo de rebecos o gamuzas (Rupicapra pyrenaica), muy confiados. En Aragón los llaman sarrios y en Catalunya isards. Se trata de una especie que estuvo a punto de extinguirse por la caza incontrolada y diversas enfermedades. Aclararos que en la Cordillera Cantábrica habita una subespecie específica, Rupicapra pyrenaica parva, más pequeña y con cuernos de menor tamaño que la subespecie de Pirineos, Rupicapra pyrenaica pyrenaica. En los Alpes habita otra especie de rebeco (Rupicapra rupicapra), pero curiosamente la especie de los Apeninos es la misma que la de la península Ibérica, Rupicapra pyrenaica, subespecie ornata. Vamos, que son rebecos latinos. Sobran los comentarios al pie de las imágenes. 






Como parece indicarnos el rebeco de la última foto, subiremos por esa canal, dirección Norte,  hacia el Collado Solano, por un camino más o menos visible, que asciende 200 m de golpe.  El camino que se seguía antes estaba más adelante, subiendo directamente por el arroyo Congosto. También se podia ir a Collado Jermoso siguiendo por la Riega de Asotín en dirección a la Vega de Liordes, por un camino más largo, que encontraríamos a la jornada siguiente. Dos montañeros madrileños muy simpáticos nos alertaron de que no era el camino para ir a Cabaña Verónica. 

Manel afrontando a buen ritmo la subida al Collado Solano. 

En este tramo hasta podemos llamar sendero al camino. 

Volviendo la vista atrás, el fabuloso tobogan excavado por el agua. 

Breve descanso en el Collado Solano. Debajo nuestro la Vega de Asotín. 

La Pica de Asotín desde el Collado Solano, mirando hacie el Sur, de donde venimos. 

Vistas hacia en Noroeste desde el Collado Solano. Vemos 
una traza de sendero, que no es el camino hacia el refugio. 


Toca ahora un largo flanqueo hacia el Este, ascendente, por la llamada Traviesa de Congosto, que nos llevará  por el lado Sur de la Torre Jermoso hasta los pies de una empinada canal, encima de la cual esta el refugio de Collado Jermoso. El primer tramo se hace bien, pero al final estás al lado del refugio en linea recta, pero nos costó muchísimo llegar por lo abrupto y empinado del terreno, aunque algunas señales, como una tubería para el agua, nos indicaban que estábamos cerca. 


El paisaje es de una belleza agreste, suavizada por algunas trazas de verde de la hierba. 

Avanzando bajo la mirada de la Torre del Fierro. 

El camino asciende por la Traviesa del Congosto hasta allá arriba. 

Es apenas perceptible, pero la lógica nos ayuda a encontrarlo. 

No es Islandia: es el maravilloso Collado Solano, envuelto en nieblas. 

Sobrepasado un imperceptible colladito, el camino desciende suavemente
hasta llegar a la canal del arroyo Congosto, al pie del refugio. Corría
un hilillo de agua, canalizado más arriba hasta el refugio. 

Enfrente una aguja de nombre bien curioso: 
aguja Señora del Tío Toribio (1817 m)

Llegamos pasadas las 19 h al refugio, envuelto en la niebla. Esperábamos poder ducharnos antes de cenar, pero adelantaron la cena a las 19:30 para ver la puesta de sol desde el collado Jermoso. Una acertada decisión porque las vistas hacia el macizo Occidental y sobre la Torre de Llambrión son extraordinarias . Nos pudimos duchar después de la cena y conocimos a una pareja de montañeros de Madrid que hacian el Anillo Extrem, pero con mucha calma, y nos aconsejaron muy bien sobre la ruta a seguir. Tenían una guía magnífica, por cierto. 

Manel en un selfie posando en el refugio. 

Esta en un lugar magnífico, a salvo de aludes. Foto cortesía de Manel. 

Collado Jermoso (2084 m) después de cenar. A la derecha la Torre Peñalba (2466 m). 

Enfrente del refugio la Torre de Lambrión  (2647 m). Segunda 
altura del macizo tras la Torre de Cerredo (2649 m). 

La misma cima coloreada por el sol poniente. 

Que también nos tiñe, aunque con tonos más apagados, la Torre de Peñalba. 

Por este motivo, plenamente justificado, se adelantó la cena: 
mar de nubes y al fondo el macizo Occidental de Picos de Europa. 

Para gozar de este espectáculo hay que caminar, a menos que nos lleven en helicóptero. 

Al fondo Peña Santa de Castilla. 

Hacia el Suroeste otros macizos, que no identifico, se alzan sobre un mar de niebla. 

Una imagen para el recuerdo. La felicidad es evidente. 

La estupenda guía que nos enseñaron los madrileños.