lunes, 19 de septiembre de 2016

Tirvia, Pla de Boet y Tor.

Paseando por el Pallars: Tirvia, Pla de Boet i Tor. 
(26-28 Agosto 2016)


Hacía ya tiempo que tenía ganas de visitar el pueblo de Miriam, compañera de trabajo, compañeros de tutor (Jordi Vilaseca) y gran persona. Su familia regenta una casa rural (La Comella) en Tirvia y a ambos nos hacía mucha ilusión. De paso visitar a Manel García y familia, también compañero de trabajo y excelente tipo, igual que su mujer (Diana) e hijos, con los que compartimos una fantástica salida al Carançà y l'Estanyet hace 2 años. 

Y de paso hacer la primera visita domiciliaria a una de mis abuelitas, que vive en un pueblo entre ambos y pasa los veranos en su casa natal. Una gran persona, más aún después de lo que me contó en su casa y que por razones obvias debo omitir. Una historia mas a añadir a lo que he aprendido de mis pacientes. 

Atravesamos casi todo el Pirineo Catalán en este largo y caluroso verano del 2016: collada de Toses, plana de la Cerdanya, La Seo d'Urgell, coll de Cantó, Congost de Collegats y por fin Llavorsí y Tirvia. Tras  visitar a Manel en Esterri d'Aneu y pasear por el casco antiguo subimos a última hora del día a Tirvia, donde ya nos esperaba Miriam, en compañía de su tia Maite, una crack: yo de mayor quiero ser como ella...

Tirvia es una pequeña localidad (147 habitantes), encima de un turó (en castellano sería un promontorio, mas o menos...) a 911 m de altura que domina 3 valles: Vall Ferrera, Vall de Cardós y Vall de la Coma del Burg o de Farrera. Precisamente Tirvia deriva del latín Tri via, que quiere decir 3 caminos. Ya podeís imaginar por ello que su antigüedad es notoria, siendo conocida su existencia desde, al menos, el siglo IX. La población parece que se ha recuperado en los últimos años, tras mínimos históricos en los años 80. 

Es de destacar por varias razones, que nos fueron explicadas en por Miriam y Maite en una estupenda visita guiada, tras recoger las antiguas llaves en distintos lugares. Enumeraré algunas, pero es probable que me deje algunas. 

1. Cementerio. Tiene un precioso cementerio en medio del pueblo. Me comentan que la escena final de "Las voces de Pamano" se rodó precisamente aquí. Me recordó al pueblo donde veraneo, Pardines, que también tenía el cementerio en medio del pueblo, pero lo trasladaron a las afueras. 




2. Museo estelas funerarias. En una pequeña ermita en el propio cementerio hay una colección de estelas funerarias. Me impresionaron mucho. Tuvieron que guardarlas para evitar su expolio. 




3. Casas porticadas. Aún quedan algunas casa porticadas en la parte del pueblo que sobrevivió a los bombardeos de la Guerra civil. Pudimos ver las fotos en el Ayuntamiento y realmente la destrucción fué tremenda. Luego el pueblo fué mal reconstruido y actualmente se está recuperando. Os dejo algunas imágenes antiguas. 








4. Mongeta de Tirvia. Maite nos enseñó los tesoros de su huerto y nos comentó que lo que más apreciaba era la mongeta (judía) autóctona. Y efectivamente se trata de una variedad autóctona de Tirvia, que debemos preservar a toda costa. Enlace:  http://www.esporus.org/inici/directori/12.php?id_pagina=12&e=63&f=5&v=234




5. Establecimientos del pueblo. A destacar el forn (horno), donde se elabora el mejor pan del Pallars, el Hostal Nadalet, donde comimos muy aceptablemente y por supuesto la Casa Rural la Comella, con unas habitaciones magníficas, un desayuno estupendo y, sobre todo, un precioso salón y terraza con vistas a los valles. Os dejo el enlace:  http://www.lacomellatirvia.net/


Casa rural La Comella. La casa adyacente esta por restaurar y aún 
conserva los impactos de las balas de la Guerra Civil. 

Empezaremos por un pequeño paseo fotográfico por el pueblo. Se aprecia la parte reconstruida, que esperemos que poco a poco vaya recuperando su aspecto original. Antaño fué un pueblo fortificado y es de destacar su enorme iglesia y su curioso y gran ayuntamiento.  Os dejo las imágenes, que se comentan por sí solas. 

























Terraza de la casa rural.

Hablando de ramos de flores secas. 

Seguiremos con el paseo que hicimos al día siguiente por la mañana en compañía de Manel y su familia. Nos acercamos al Pla de Boet, donde retozamos en sus prados, encontramos algunas cosillas interesantes y acabamos tomamando un bocadillo (David dos, por cierto) en el refugio de la Vall Ferrera. 


La Vall Ferrera, subiendo hacia el Pla de Boet. 

Pla de Boet. 

Donde veraneo se le llama Bruna del Ripolles...Aquí quizás sea la Bruna Pallaresa...

Paseando por el Pla de Boet. 

En fin...las chorraditas que me gustan...

Y por supuesto unas texturas...

Rana bermeja (Rana temporaria). 

Cascada al final del Pla de Boet. 

Parece una Erebia...pero no lo tengo claro...

Los pies de la familia...

Así se ve mejor...

Realmente Assumpta los huele...encontró tres rovellons en el reseco bosque. 


Para acabar, la visita que hicimos a Tor, el que yo creía pueblo más alto de Catalunya, pero por apenas unos metros le gana Rubió de Cantó. Para los que no conozcaís la historia, fué escenario de sucesos luctuosos hace años como consecuencia de disputas económicas (bosques, estaciones de esquí desde Andorra). Se accede por una estrecha y larga pista, asfaltada al inicio. Por arriba se comunica con Andorra por una pista en peor estado. De hecho casi todo el turismo (y el contrabando claro...) viene de Andorra. 

Es un pueblo precioso, casi intacto, que vale la pena visitar. Te sientes casi trasladado al Siglo XIX.  Hay un pequeño restaurante, frecuentado sobre todo por andorranos. La comida es sencilla por lo que dicen, pero muy apetitosa y a buen precio. Eso si, sin "esferificaciones" ni otras pijadas. Vale la pena pasear por él y por su entorno, ya que encima del pueblo el valle se abre y disfruta de unos estupendos prados. 

Seguro que es verdad. 

Entrada a Tor, con Casa Sisqueta. 

Panorámica a la salida de Tor. 

Y ahora panorámica ya saliendo del pueblo. 

No se tira nada...

Mejor a caballo que con 4x4...

La pequeña iglesia de Tor. 

Me encantó la simplicidad de su entrada. 

Algunas casas son realmente bonitas. 

Detalle floral en casa Sisqueta. 

Pasado el pueblo se abre el valle. Al fondo el Puerto de Cabús, que lleva a Andorra. 

Borda en las afueras, recogiendo flores secas. 

Parece más Octubre que Agosto.


Epilogo: la visita domiciliaria más lejana.

Núria es una paciente de 80 años que nació en Escaló, un pequeño pueblo camino del Port de la Bonaigua. Ya sabía que pasaba los veranos allí y le dije que si pasaba por allí le haría una visita. De hecho ya habíamos decidido con Angel, mi enfermero, que cuando volviese la iríamos a visitar al domicilio porque venir al Centro de Salud le era dificultoso. 

Como podeís suponer tuvo una gran alegría, nos invitó a desayunar y quería que nos quedásemos a comer...Es una persona extraordinaria y me alegré mucho de visitarla y proporcionarle unos momentos de alegría que seguro que recordará. Obviamente ni tomé la presión ni la exploré y ni falta que hacía...


Ostras...me sobran unos quilitos...


No hay comentarios:

Publicar un comentario