Quinta parte: Otros animales
Gambia es un país para ver aves. También podemos ver otra fauna, aunque no es lo más destacable. Desconozco, no obstante, si la variedad de especies en este caso es muy amplia. Como ya he comentado, los grandes mamíferos africanos están prácticamente ausentes, excepto quizá muy al interior del país. No obstante sí que pudimos disfrutar de algunos momentos para guardar en nuestros recuerdos y reflejar en imágenes.
Los cangrejos son bastante frecuentes, tanto en los manglares como en la playa. Excavan unos guaridas de entrada redondeada, donde se esconden rápidamente cuando nos acercamos. Batracios no vimos demasiados, aunque si que pudimos ver un sapo y una enorme rana, parecida a nuestra rana verde. Por las características del viaje pocos peces vimos, excepto los que habían pescado en la playa. Si que me llamó la atención un pez con una curiosa y poderosa boca, supongo que preparada para devorar corales. Creo recordar que algún compañero comentó que se trataba de un pez loro. Me gustaron mucho los saltarines del fango, curiosos peces a medio camino con los anfibios. Me dió la impresión de que pasaban más tiempo fuera que dentro del agua. Las aletas delanteras casi parecen patas y con ellas y los movimientos de la cola se desplazaban muy veloces por el barro.
Mamíferos pocos, excepto ardillas, los monos (cercopiteco verde y colobo rojo), los murciélagos de hombreras y la fugaz rata gigante que apenas vimos y nos dió un susto notorio. Fué muy divertido ver saltar a las ardillas en la valla mientras acechábamos al gavilan chikra, que levantó el vuelo cuando se le acercaban a toda pastilla. De los monos me sorprendió la humanidad de su mirada.
Los reptiles estaban representados básicamente por la familia de los agámidos, muy abundantes y de todos los tamaños. Sin duda lo mas expectacular fué poder ver a varios lagartos monitor o varanos del Nilo (Varanus niloticus) en los afluentes del rio Gambia (la foto que adjunto es de Oriol) y un ejemplar de cocodrilo del Nilo (Cocrodylus niloticus) en un riachuelo desde el lodge donde comíamos.
Pongo aparte, por la ilusión que me hizo, a los camaleones que vimos y que alguno tuvo en sus manos un par de veces. A ver si alguna vez los puedo ver en el sur de la península. En la próxima entrega de la serie empezaremos con las aves.
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