domingo, 14 de enero de 2018

El Far. 100 Cims

Projecte 100 Cims: Excursión a El Far. 
(13 de Enero de 2017) 

Continuando con la anterior entrega sobre como acabar bien el año, sigo con otra relativa a como empezar bien el año. En este caso se trata de una salida matinal a El Far, con los compañeros del Centre Excursionista de Parets, dentro del projecte 100 Cims, que trata de completar la ascensión a las 100 cimas o picos más relevantes de Catalunya. 

En este caso El Far, que más que un pico es la punta de una larga cinglera o acantilado de la altiplanicie del Collsacabra que se adentra como un estilete sobre la Guilleries, con una vista excepcional. Aprovecho para sugerir  al gobierno español que, si se empeña en seguir traduciendo al castellano las comarcas catalanas en el BOE, (ya hizo algunas traducciones bastante absurdas como El Maresme por las Marismas, ya que marisma en catalán es aiguamoll) aquí tiene un ejemplo cuanto menos divertido: las Guilleries se podrían traducir como "Las Zorrerías".  

Salimos temprano para llegar a mediodia para hacer un vermut y comer en casa. Me atrajo especialmente la posibilidad de visitar la cueva del Goleró o d'en Salvi, pero el track estaba equivocado (donde esté un buen mapa...) y no encontramos el camino. Además tampoco habría dado tiempo y merece ser visitada con calma. Queda para otra ocasión. Os marco en el mapa la ruta y la localización de la cueva con un punto rojo. 



La ruta se inicia en Sant Martí Sacalm, a unos 800 m de altura. Se llega por una carretera de montaña que sale desde Amer, donde habíamos tomado un café. Nos quedan por tanto unos 300 m de desnivel hasta El Far (1125 m). Retrocedemos unos metros y tomamos una pista que lleva al collet de Sant Martí. Seguimos por pista para luego tomar un sendero que por el Grau de Santa Anna lleva al Pla del Far y al Santuari de la Mare de Deu del Far, en la misma punta de la cinglera. 

 Cinglera de El Far. Subiremos por la derecha de la imagen. 

 El Noger de Parcers y al fondo El Canigó, en concreto el Tretzevents. 
¡Qué nombre tan bonito para una montaña tan querida!

 Empezamos con lo que llamo los juegos del hielo. Va por ti Ferran. 

 Hasta ahí tenemos que subir. 

 Superado el Grau de Santa Anna vemos debajo Les 
Planes d'Hostoles y al fondo en sempieterno Canigó. 

 Sant Martí Sacalm desde el Santuari de la Mare de Deu del Far. 
 
 Panorámica desde El Far. A la izquierda el Montseny y debajo el pantano
de Susqueda. A la derecha l'Agullola  y els Cingles de Casadevall. 

 Detalle del Montseny, con Les Agudes y el Matagalls. 

Plans de La Masó, todavía helados. 

 Detalle de las cingleres que se ven desde Rupit. A la izquierda 
l'Agullola y a la derecha el entrante donde está el Salt de Sallent. 

L'Agullola (921 m) y encima y detrás el cingle de l'Avenc. 

 La cuadrilla del CEP Parets en el mirador de El Far. 

Debemos bordear a continuación el lado Sur de la cinglera hasta encontrar otro punto débil para bajarla, en esta caso el Grau de Cabrafiga, a la altura del Pla de Malla. El camino es muy bonito y con miradores a Les Guilleries desde la cinglera. Soplaba un aire frío, pero encontramos un lugar resguardado al sol donde desayunamos estupendamente. El pacharán contribuyó en buena medida. 

 Algún "artista" se ha dedicado a pintar las rocas del Pla del Far. 

Cruzamos el Pla del Far para ir al lado Sur de la cinglera. 

Hay un magnífico robledal mixto, bien explotado. 

 Vale la pena asomarse a la cinglera de vez en cuando. 

 No es un acebo sino un galcerán o rusco (Ruscus aculeatus). 
Por cierto, los frutos son tóxicos, o sea que nada de comerlos. 

 Magnífica vista de los cingles de Rupit y de l'Avenç. 

Foto de grupo tras desayunar. 

 Con esta impresionante vista, por cierto. 

 Seguimos el camino por un robledal. Estaba lleno de nummulites. El nombre quiere
 decir "pequeña moneda" y eran foraminíferos extintos que vivieron desde el
Paleoceno superior al Oligoceno inferior. O sea, hace un montón de años. 

Seguimos bordeando la cinglera de El Far. 

Curiosa roca con un belén por cierto. Mas vale no fijarse. 

Pla de Malla. 

Bajamos bruscamente por el Grau de Cabrafiga (mal indicado en el plano de la Alpina donde lo llaman Grau del Goleró), para bajar por un precioso camino hasta una masía llamada La Triola, donde tomaremos la pista que nos llevará de vuelta a Sant Martí Sacalm. El sendero baja entre encinas, que, por su aspecto sugieren que han sido explotadas desde hace siglos para hacer carbón de leña. Me entretuve bastante y de nuevo fuí "el último de la fila". 

Bajando por el Grau de Cabrafiga. 

Colores, formas, texturas...

Encina enraizada en unas azuladas rocas. 

El reino de los musgos y líquenes. 

Atracando a un madroño o arboç (Arbutus unedo). 

Tomamos un breve tramo una pista muy precaria. 

Bonitos estratos de las rocas. 

En las siguiente imágenes sobran los comentarios. Es un camino para entretenerse con la cámara y un trípode para captar todas las sutilezas del bosque. Si llego a ir solo me tiro toda la mañana. 






Cinglera de El Far llegando a La Triola. 

La Triola. De aquí sale un camino a la cinglera del Goleró y su cueva. 
También se puede llegar fácilmente bajando del Pla de l'Om y la carretera. 

Sólo nos quedan poco más de 4 Km por pista para volver a Sant Martí Sacalm. Los hicimos a buen ritmo, aunque por supuesto me entretuve bastante con los curiosos efectos del hielo en los charcos y con mis texturas Llegamos sobre las 2 de la tarde a Parets del Vallès, con tiempo para tomar unas cervezas y una bravas. 






De allí arriba venimos. 

De vuelta en el collet de Sant Martí. 

Nos despedimos del Canigó. 



jueves, 11 de enero de 2018

Delta del Ebro.

Último día del 2017 en el Delta del Ebro: acabando bien un complicado año. 
(31 de Diciembre de 2017) 

No es mala idea acabar el año en el Delta del Ebro. Sobre todo si tenemos tiempo para llegar a casa sin prisas y cenar con la familia. Por tanto no pude negarme a la propuesta de Juan Carlos y Núria, extensiva al grupo habitual de pajareo, aunque al final sólo me apunté yo. 

Tenía que ser un día radiante pero al final estuvo nublado casi todo el día. Afortunadamente esas nubes hicieron que la puesta de sol desde la barra arenosa de El Trabucador fuera aún más bonita. Núnca me canso de ver la puesta de sol sobre el mar y el Montsià. 

Tras un madrugón razonable tomamos la autopista hasta l'Ampolla para ganar tiempo. El plan era el habitual: empezar por el hemidelta norte y acabar en el sur, para disfrutar de la puesta de sol. Lógicamente no visitamos todo el delta, y más en días cortos como éstos. Nos dirigimos la zona hacia la punta de El Fangar, pero antes paramos junto a una caseta. 


Mosquitero común ó Mosquiter comú (Phylloscopus collybita). 

Gaviota reidora (Larus ridinbudus) bostezando, supongo. 

En catalán se llama gavina vulgar, ya más tranquila. 

Continuamos por todo el litoral delante de El Fangar, casi siempre dentro del coche para no espantar a las aves, con las mejilloneras al fondo. Vamos, con el coche-hide. Paramos a pajarear junto a un embarcadero donde se dejan las barcas para ir a dichas mejilloneras. El andarríos se cachondeó de mí bastante rato, no dejándome ejercer de "eskoria fotográfica".  


Bisbita común ó titella (Anthus pratensis). 

Fochas comunes o fotjes vulgars en catalán (Fulica atra). 

Cabeza de una garza real (Ardea cinerea). 

En catalán tiene un curioso nombre: bernat pescaire.
Algo así como Bernardo el pescador. 

Otro ejemplar más agazapado. 

Realmente es un ave muy elegante. 

La siempre común garceta común o martinet blanc (Egretta garzetta). 

Lástima del lugar, un poco cutrillo. 

Aquí está más guapa. 

El cada vez más frecuente calamón o polla blava (Porphyrio porphyrio). 

Y el siempre habitual cormorán grande o corb marí gros (Phalacrocorax carbo). 

Vuelvepiedras ó remena-rocs (Arenaria interpres). 

La misma especie en vuelo. 

Cada vez se ven más garcetas grandes ó agró blanc (Egretta alba). 

Os dejo ahora algunas imágenes de un andarríos chico ó xivitona (Actitis hypoleucos) en la misma zona. Como me dijo Núria me estuvo chuleando un buen rato. Me acercaba y se iba a la otra orilla y cuando cambiaba volvía a ir al otro lado. Vamos que trató muy mal (o muy bien) a la eskoria fotográfica




Unas cutretexturas. 

Seguimos para cruzar el Ebro, pero pasamos por una pista muy chula que no conocía. Todo un acierto, porque vimos un ejemplar de águila calzada. Lejos para foto, pero muy bien vista con el telescopio terrestre. Habían también bastantes avefrías, pero muy esquivas. 


Avefría ó fredeluga (Vanellus vanellus). 

Aguila calzada, aliga calçada en catalán (Hieraaetus pennatus). 

Se entiende bien porque se llama águila calzada, al cubrir las plumas todo el tarso. 

Atravesamos el río y fuimos a comer en Riet Vell. Hay una mesas y un observatorio en que siempre hay algo interesante. Afortunadamente salió el sol y comimos estupendamente. Estuvimos un rato en el observatorio y Juan Carlos hasta hizo un bimbo. Es por cierto la marca de arroz del Delta y pasta de trigo duro de Belchite, ecológicos, que comercializa SEO. Se suele encontrar en la cadena Condis. 


Colirrojo tizón ó cotxa fumada (Phoenicurus ochruros). 

Tronco solarizado en el observatorio de Riet Vell. 

Calamón alimentándose. Son muy frecuentes en Riet Vell. A veces parecen gallinas.

La cosa no va en broma, porque parece ser que en la antigua Roma el calamón era un ave doméstica, como parecen atestiguar diversos mosaicos. Es posible que esta ave pasara de un estado doméstico a uno asilvestrado en Europa. 

Mosaico con un calamón en Pompeya. 

Acelerando hacia el otro lado del lago. 

Carricerín real o boscarla mostatxuda (Acrocephalus melanopogon). 

A continuación fuimos a ver si veíamos algún búho campestre  por la zona de El Eucaliptus, vanamente. Tras  ello fuimos a las salinas de La Tancada, donde vimos bastantes limícolas y flamencos. La puesta de sol se empezaba a vislumbrar como muy  interesante. 


Las siempre atentas garzas reales. 

Archibebe claro o gamba verda (Tringa nebularia). 

Otro ejemplar de garceta común. 

Os dejo con algunas imágenes de los flamencos (Phoenicopterus ruber), que nunca fallan en esta zona del Delta del Ebre. Componen una estampa muy fotogénica con el agua y la silueta del Montsiá al fondo. 




Acabamos la jornada al inicio de la barra del Trabucador.  Quedaba muy poca luz, por lo que las fotos que vereís son de paisaje y de las limícolas (creo que eran correlimos tridáctilos básicamente) a distancia, pero buscando efectos artísticos. Sobran los comentarios. Disfrutad de las imágenes tanto como yo del momento. 

















Epílogo. Gracias Nuria.