Tercer parte: Flora
Aunque no se trata de un país con una flora exhuberante si que pudimos disfrutar de diversos ecosistemas: manglares, llanuras que remedaban algo a los paisajes africanos más típicos, bosques y marismas.
Los manglares alrededor del Gambia y sus afluentes fueron una agradable sorpresa. Estos íncreíbles arboles resisten las aguas salobres y hunden sus tallos o raíces en el fango que lo invade todo, pero que a su vez rebosa de vida. Al fondo, gigantescos baobabs se alzan sobre las zonas encharcadas. No os engañéís por el aparente cesped del primer plano, ya que es un inmenso lodazal, como Antonio pudo comprobar. Afortunadamente nuestro guía le dejo impolutas sus botas.
Lo que más me sorprendió de los bosques fué la oscuridad. Me los imaginaba oscuros, pero no tanto. Frecuentemente teníamos que disparar a 800 o 1600 ASA y en ocasiones incluso a mayores sensibilidades. Suerte que los modernos sensores han ganado 2-3 pasos, porque con las cámaras de hace unos años mas que fotos las imágenes habrían parecido una paella de arroz. No vimos demasiadas setas, aunque alguna de ellas se dejo fotografiar.
Las marismas son hábitats bastante frecuentes, dado lo húmedo y llano del país. Además de ver limícolas y ardeidas pudimos disfrutar de otras imágenes, especialmente de unas flores particularmente bellas.
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