(28-30 de Junio de 2019)
Antes de su regreso pudimos escaparnos un fin de semana a ver a Oriol en Wageningen, Holanda, dónde está cursando un máster en Ciencias Ambientales. Uno de los de verdad me refiero, no de un fin de semana con cuatro trabajillos de corta y pega. Aclarar que en Holanda las matrículas no son caras. Es cara la estancia, aunque vistos los precios en Barcelona no parece tanto.
Para mi era la primera visita a este llano país, donde las colinas son montañas. Assumpta había estado hace casi 40 años, visitando a unos primos de su madre. Hay que reconocer no obstante la tenacidad holandesa para ganar tierras al mar. Parece ser que los holandeses dicen algo parecido a: "Dios hizo el mundo y los holandeses Holanda".
La entrada le gustará a Oriol, ya que es corta y concisa. Y para no enrollarme más ahí van la imágenes del viernes por la tarde en Wageningen, donde Oriol comparte piso con Guim, que hace el mismo máster que él. Aclarar que mientras que en Catalunya este viernes y sábado se llegó a temperaturas de hasta 44 grados, en Holanda habían unos cómodos 30-35 grados, que para ellos es muchísimo, ya que no existe el aire acondicionado. Empezamos con un recorrido por la Universidad.
Tras dormir bastante bien, ya que de noche las temperaturas refrescan, la mañana del sábado la dedicamos a pasear por el pueblo e ir a comprar al mercadillo que se monta los sábados en el centro. Los precios algo más caros que en Catalunya, pero tampoco demasiado. Luego fuimos a visitar un espacio natural y comer en su restaurante. Si, lo habeís leído bien. Los beneficios van a parar para la conservación. La rana supongo que una rana verde. La libélula ni idea, pero Santi me dice que es Orthretum cancellatum.
La tarde la dedicamos a visitar Utrech, que es la ciudad histórica más cercana que teníamos. Tiene por supuesto sus canales, como Amsterdam, y un curioso campanario, tan alto como el cohete Apolo. Paseamos por sus calles y canales y nos tomamos unas patatas holandesas, con piel, por supuesto. Aclarar que pasamos por la casa donde vivió Roetgen, el descubridor de los rayos X.
Al día siguiente, domingo, nos dedicamos a holgazanear. Con Oriol nos escapamos a localizar un cascanueces urbanita, que se nos resistió. No obstante fuimos a dar un agradabilísimo paseo por la campiña de Wageningen. Es una delicia pasear por terreno llano, con bicicletas sin cambio, rodeados de gente que va en el mismo vehículo. Me lo pasé muy bien. Hasta pude hacer alguna fotilla de fauna. Por orden arrendajo, liebre europea y avefria.
Una entrada diferente Josemi, me encantó veros por Gredos en el 20 aniversario, y se agradece el esfuerzo, sobre todo el que tuvo que hacer Ori! La libélula diría que es Orthetrum cancellatum. Un abrazo fuerte!
ResponderEliminarFue muy agradable veros. Gracias por la identificacion.
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