domingo, 11 de agosto de 2019

Lanzarote y Fuerteventura a los 60 años (III)

Fuerteventura (II) 

(6-10 de Febrero de 2019)

Seguimos con la segunda parte de la visita a Fuerteventura, para acabar la visita a la más desértica, salvaje y solitaria de las Islas Afortunadas.  Me hacía especial ilusión visitar la península de Jandía y la aún sin urbanizar playa de Cofete. Y, por supuesto, ver a la avutarda hubara mejor que en el anterior encuentro.  Nos dirigimos a Jandía por la carretera que transcurre por la salvaje costa Oeste. 



Mirador de Sicasumbre

Vale la pena entretenerse y parar en este mirador, con unas vistas extraordinarias hacía Jandía y hacia el Norte de la isla. Es en realidad un mirador astronómico, supongo que por la poca contaminación lumínica. Un corto ascenso nos lleva al mirador, poco transitado en las primeras horas de la mañana. Ahí van algunas imágenes. 


Vista hacia el Suroeste. A la izquierda la Montaña Cardón y al fondo 
el arenoso istmo de la Pared y la península de Jandía. 

Las vistas al amanecer hacia el Noroeste son aún más bonitas. 

La luz baja, el relieve, las rocas volcánicas y la erosión de millones de años son una combinación perfecta para disfrutar de eso que tanto me gusta: texturas, texturas, texturas...





Península de Jandía

Siguiendo por la FV 605 nos dirigimos hacia la costa Sur de la península de Jandía, muy turística debido a que el viento sopla menos. Sin embargo nuestro objetivo era un parque en Costa Calma donde estaba una rareza ornitológica, rodeado de edificios, chiringuitos y turistas. Nos costó encontrarlo, pero al final Oriol lo localizó. 


Papamoscas papirrojo (Cicedula parla). 

Primer plano del ave. 

Abandonamos la vorágine turística para desplazarnos a la Punta de Jandia, el Finisterre de Fuerteventura, por así decirlo. Una pista de tierra en buen estado lleva hacia la Punta y el faro. Poco antes un desvío conduce a Cofete. Paramos a medio camino en una solitaria cala para tomarnos el único baño de estas vacaciones. 


La desolación es absoluta. 

Antigua construcción en la playa. Quizás para avisar de los ataques de los corsarios. 

Aquí nos pegamos un bañito. 

Seguro que es un endemismo. 


Playa de Cofete

Tomanos la pista que asciende hacia el Mirador de Barlovento. Desde este collado se contempla la playa de Cofete en todo su esplendor, bajo los acantilados de Jandía, máxima altura de la isla con 807 metros. Bajamos un tramo de pista para ver mejor la playa. Recorrerla en su totalidad hasta la Punta Paloma tiene que ser una gozada. 

Panorámica de la playa de Cofete. Sólo tiene una casa, al parecer refugio
de un nazi alemán que encontró refugio en época franquista. 

Detalle de la larguísima playa de Cofete. En medio se ve el istmo de la Pared, 
que une la antigua isla de Jandía con el resto de Fuerteventura. 
 
El Islote. 

Los barrancos ascienden hacia las máximas alturas de Jandía. 

Las nubes crean interesantes contrastes. 

Aquí un ejemplo más dramático. 


Punta y faro de Jandía

Nos desplazamos a la Punta y el faro de Jandía, donde hay algunas edificaciones y resturantes. Obvio es decir que comimos un magnífico pescado con sus papas con mojo. Desde el faro pudimos disfrutar de unas magníficas vistas y, en mi caso particular, de los vuelvepiedras. Me puse las botas con la especie. 

Edificaciones de la Punta de Jandía. 

Ahí va una primera serie de los vuelvepiedras (Arenaria interpres). Son una aves bastante confiadas y permiten ser fotografiadas sin muchas dificultades. 






El universal zarapito trinador (Numenios phaeopus). 

La puesta de sol desde el faro de Jandía fué expectacular. Que tendran los faros que son tan bonitos y nos atraen tanto. Oriol estuvo un buen rato acechando marinas, mientras yo vagabundeaba por los alrededores. Ahí van unas cuantas imágenes. 





 








Embalse de las Penitas

Camino de Betancuria pasamos por el colmatado embalse de las Penitas. No tenía nada de agua, por lo que es cierto que daba "penita". Sin embargo vale la pena dar un paseo a su alrededor y remontar un camino que lleva a la localidad de Vega de Río Palmas. La carretera de montaña es espectacular y vale la pena pararse de cuando en cuando. 

Desde arriba vemos el embalse de las Penitas. 

Como podeís ver está totalmente colmatado.

Tórtolas senegalesas (Spilopelia senegalensis). 

Alcaudón real (Lanius meridionalis). 

Bisbita caminero (Anthus berthelotii). 

Los roquedos son muy fotogénicos. 

Mariposa tigre  (Danaus chrysippus). 



Betancuria

Se trata de la capitan histórica de la isla, en alusión a Jean de Bethencourt, normando que fué el primer "conquistador" de las Islas Canarias. Es sin duda la población más bonita de Fuerteventura, conservando un aire colonial. Está llena de turistas, pero es visita obligada. Ahí van unas imágenes. 





                                                            El conspicuo lagarto atlántico (Gallotia atlántica). 


Playa de Jarugo


Paradisíaca playa al Norte del Puerto de los Molinos. Está al final de un barranco, alimentado por un pequeño manantial. Un lugar para quedarse horas y horas. Absolutamente recomendable.  Volvimos a circular por los llanos de Tindaya para ver si veíamos de nuevo a las hubaras. Nuestra insistencia tuvo recompensa en el lugar más inesperado, cruzando la carretera.  

Barranco de Jarugo. Se ve de donde brota el agua. 

Un lugar idílico: la playa de Jarugo. 

Detalle de la playa. 

Al fondo una línea de acantilados y las resecas montañas. 

Para perderse...

Onduladas y texturiles lomas. 

El ojo de la hubara (Chlamydotis undulata). 


Cuevas de Ajuy. 


Se trata de unas curiosas formaciones en la costa de la localidad de Ajuy, formadas de manera natural por las coladas basálticas. Un camino las recorre casi en su totalidad. Vale la pena esperar al atardecer y ver la puesta de sol con la península de Jandía al fondo. Oriol se quedó pajareando en la rambla que llega hasta la playa. 

Panorámica de Ajuy. 

Camino de la cuevas de Ajuy. 

Panorámica de las cuevas. A las del final no se accede a pie. 

Parecen más una galería minera. 

La marea llega a inundar algunas partes. 

Una brecha conduce a otra de las formaciones. 

Volcánicas texturas. 

Ya volviendo a Ajuy el sol  tiñe de rojo las rocas. 

Al fondo los acantilados de la península de Jandía. 

Puesta de sol en Ajuy. 

Parando las olas. 

Menos mal que Oriol se quedó atras en la rambla y fotografió 
perfectamente a la tarabilla canaria (Saxicola dacotiae). 


Epílogo


Al día siguiente regreso, tomado el ferry hasta Lanzarote.  Nos quedó aún mucho por ver y disfrutar. Ya tenemos una excusa para volver, aunque seguramente antes visitemos alguna de las Islas Afortunadas que nos quedan por visitar. Como teníamos algo de tiempo por Lanzarote volvimos a pasar por la zona vinícola de La Gería y nos acercamos a Playa Quemada. 

Playa Quemada. 

Al fondo del malpaís Timanfaya. 

Viñedos de La Gería. 

Acabamos por donde empezamos el viaje: los acantilados de Famara. 


Enlaces a las otras entradas de Lanzarote y Fuerteventura. 

Lanzarote. Pinchar aquí. 


Fuerteventura (I). Pinchar aquí. 

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