sábado, 11 de enero de 2025

Anillo de Picos de Europa. Cuarta etapa: De Poncebos a Vega de Ario (IV)

4º Etapa: de Poncebos a Vega de Ario (13 Septiembre de 2024)


Poncebos-Garganta del Cares-Puente de Bolín-Canal de Trea-Refugio Vega de Ario.

Desnivel positivo: 1491 m 
Desnivel negativo: 179 m
Distancia: 17 Km
Dificultad: alta
Tiempo: 8 h. 
Agua: en varios puntos en la Garganta del Cares y en la canal de Trea. 

Etapa que combina casi toda la Garganta del Cares con el brusco ascenso por la Canal de Trea hasta el refugio de la Vega de Ario. Cambiamos de macizo y pasamos al macizo Occidental o de Cornión. Como en la primer etapa, al adentrarnos en el macizo Central, me siento obligado a poner algunas frases de la Guía de la Editorial Alpina de 1989. En este caso no es el Dr. Llopis sino José Ramón Lueje quién describe, con un lenguaje lleno de poesía, estas maravillosas montañas. No es en vano que el refugio de Jou de los Cabrones lleve su nombre. 

"En los confines de las provincias norteñas de Asturias, Santander y León, se sienta el más poderoso de los macizos de caliza carbonífera, que es el de la montañas conocidas bajo el nombre de Picos de Europa, la muy grandiosa formación orográfica que representa en España una de las más sobresalientes atracciones de montañeros y turistas. Los Picos de Europa, con sus albas peñas desnudas, constituyen un conjunto perfectamente definido y delimitado, que guarda su independencia de la Cordillera Cantábrica."

"Dentro de este encuadre se acotan las mejores hermosuras que puede dar la más pródiga y fecunda naturaleza. Ríos virginales, ríos espumosos y rugientes, ríos verdes. Fuentes que manan aguas de hielo, lagos de ondas cristalinas y ventisqueros de nieves eternas. Abismos insondables, canales vertiginosas y las entalladuras de los fantásticos beyos. Praderas immarcesibles pobladas de rebaños, círculos ingentes y jous profundos concentrados de rebecos y hayedos umbrosos en los que mora el oso pardo asturiano. Vallinas esmaltadas de tonos infinitos, majadas placenteras y, en las alturas libres de la peña, haces de aristas, de agujas, de cresterías y ringleras de enhiestas torres. Y todo bajo la suprema cúpula de la Peña Santa, la más excelsa de las cumbres."

Garganta del Cares, labrada por el río Cares con paciencia infinita. 

Como ya he comentado, esta etapa combina el recorrido de casi toda la Garganta del Cares con el ascenso, que podríamos calificar casi de brutal, por la canal de Trea hasta el refugio Vega de Ario. Dos sectores totalmente distintos, uno un camino ancho, plácido y lleno de turistas y otro una solitaria y vertiginosa canal que asciende casi sin descanso alguno con una pendiente de 40-45 grados hasta la verde y plácida Vega de Ario.

Recorrido de la cuarta etapa. 

Despues de dormir y desayunar estupendamente en el Hostal de Poncebos, tras la lluviosa jornada anterior, iniciamos la etapa sin prisas, sabedores de que la Garganta del Cares se recorre rapidamente, aunque sin pausa, puesto que el notorio desnivel de la Canal de Trea ya sabíamos que nos iba a entretener. Tras caminar por la carretera enseguida se llega al inicio de la ruta del Cares, muy transitada, incluso a primera hora de la mañana.

El estupendo Hostal de Poncebos. Absolutamente recomendable. 

La carretera pasa encajonada entre pétreas murallas. 

Seguía una ligera llovizna, que sabíamos que amainaría. 

Enfilamos la Garganta del Cares, al inicio por pista. 

Sin duda es un señor río en muy pocos Km de recorrido. 

Dejamos atrás el valle que conduce a Bulnes. 

Tras un panel indicador iniciamos la ruta del Cares, ya por camino. Aclarar que el primitivo camino, que entrevemos en ocasiones, pasaba por debajo. El nuevo imagino que se construyó para el canal que recoge las aguas hasta la central hidroeléctrica de Camarmeña. Algo parecido al Congost de Mont-rebei, en el que el camino viejo pasaba mucho más cerca del rio. Es un sendero muy popular y transitado, mayoritariamente llano y con unos paisajes increíbles. No es en vano que también se le llame Garganta Divina. Lo seguimos casi hasta Caín, en concreto hasta el puente de Bolín.  Vamos con las imágenes. 

Iniciamos una primera parte, en suave ascenso. 

Mirando atrás, pasamos unas construcciones en ruinas, seguramente de cuando se hizo el canal. 

Alcanzamos un colladito, tras el que se inicia un suave descenso. 

Tiene una curiosa formación rocosa con un árbol encima. 

Manel afrontando este cómodo sector del camino. 

Como podeís ver, sigue cada recodo de la garganta. 

Llegamos a una curiosa formación rocosa. 

Es un precioso puente de roca natural. 

Mirando atrás vemos el colladito del que 
venimos y debajo el camino antiguo. 

Se aprecia que es un camino más estrecho y vertiginoso. 
En principio está cerrado al paso para evitar accidentes. 

Desde luego el trazado actual es más lógico y seguro. 

Un servidor contemplando la Garganta Divina. 

Ríos virginales, ríos espumosos y rugientes, ríos verdes. Como decía José Ramón Lueje. 
Yo querría ser como esos viejos montañeros: medio geográfos, geólogos, naturalistas y poetas. 

El camino ahora es llano, bien reforzado por arcos de piedra. 

Es más largo de lo que parece. 

En ocasiones las laderas se dulcifican, perdiendo esa escabrosidad casi aterradora. 

Pasamos junto a un frondoso nogal. Curioso lugar para este árbol.

Se aprecia bien que en muchas ocasiones el camino está excavado en la roca. 

Incluso con cortos túneles como éste. 

Habían bastantes cabras asilvestradas. 

De repente vemos abajo una enorme surgencia, que aporta gran parte del 
caudal de Cares. Podría ser Fuente Prieta, pero no lo puedo asegurar. 

Volvemos a ver un tramo más abierto de la garganta. 

Se ve muy bien la horizontalidad de este tramo. 

Nos sobrevuela un helicóptero que buscaba a alguien. 
Al día siguiente sabríamos el desenlace. 

La vertiente que da al macizo Central es extraordinariamente agreste. 

La garganta se vuelve a cerrar, más que nunca. 

Pasamos por otro túnel excavado en la roca. 

Puente de Bolín. Justo donde está Manel empieza el camino de la Canal de Trea. 

Desde el puente vemos un estrecho cañón, 
con paredes separadas por pocos metros. 

Aproveché para beber agua en la magnífica fuente que hay en el Puente del Bolín. Tras unos instantes de descanso empezamos la larga subida por la Canal de Trea, primero por la derecha del riachuelo que la recorre y luego por la izquierda. Paramos al cabo de un rato, en una zona menos empinada, porque tocaba comer y reponer fuerzas, bajo la sombra de unos robles, carballos en Galicia. 

Manel al inicio del camino de la Canal de Trea. 

Faltaba un selfie en tan emblemático lugar. 

Texturas. 

Subiremos de golpe unos 1100 metros. Casi nada...

Una mantis religiosa, embarazada por cierto

Volvemos a ver a dos helicópteros que buscaban a un montañero vasco que subía a Jou de los 
Cabrones y no llegó la noche anterior. Estuvieron varias horas buscando en vano. Al día 
siguiente nos enteramos de que abortó la subida, se fué a su pueblo y no dijo nada. 
En estos casos debería cobrarse el coste del rescate, miles de euros. 

Pa amb tomaquet al pie de un carballo. 

Este roble carballo (Quercus robur) estaba enraizado sobre una roca. 

Mismamente como Excalibur....

De repente aparaeció una cabra asilvestrada, atraída sin duda por el pa amb tomaquet

Todas las que vimos tenían este colorido tan lustroso. 

Más chula que un ocho...

Zampándose los restos del tomate...al cabo de un rato la oímos balar en catalán...

A continuación viene la parte más dura de la Canal de Trea. En ocasiones hasta hay que trepar entre las rocas, sin dificultad alguna, con una pendiente constante de 40-45 grados hasta llegar al final. Hay que tomársela con calma y respeto, para llegar a su final con fuerzas para disfrutar de sus magníficas vistas. Al final se divide en dos ramales y tomamos el de la derecha, pero el camino correcto es el de la izquierda, que lleva al indicador de la bajada. 

Manel como siempre en cabeza. 

Después de la fuente de Bolín ésta es la única fuente hasta el refugio. Hay que trepar un poco. 

Superando este escabroso tramo de la Canal de Trea. 

El paisaje es maravilloso. Por ahí  subía el irresponsable, por no avisar, montañero. 
Nosotros, el día anterior, llamamos a Jou de los Cabrones y a la central de reservas
avisando de que no llegariamos, buscando cobertura en Urriellu. No cuesta nada. 

Seguimos subiendo sin parar. 

Al pie de esta gran aguja se puede ir a derecha o a izquierda. 

Optamos erróneamente por ir a la derecha, ya que había trazas de camino. 

El sendero se empieza a suavizar, haciendo más cómoda la ascensión. 

Llegamos a una zona más plana encima de la aguja anterior, llamada Huerto Rey. 

Continuamos hacia la derecha por un camino, poco marcado, pero camino. 

Entramos en el dominio del brezo (Calluna vulgaris). 

Manel al final de los 1100 m de subida de la Canal de Trea. Al fondo en macizo Central de Picos. 

Selfie imprescindible tras el esfuerzo. No hacemos mala cara para unos sesentones. 

A la izquierda la Cabeza Verde (1719 m) y a la derecha la Cabeza Llambría 
(1658 m). En medio se ve la cueva Corroble y debajo el Valle Estremero. 

Vista del macizo Central de Picos de Europa. 

Sus cumbres asoman entre la niebla, alrededor de Jou de los Cabrones. Volveremos. 

Ya he comentado que al subir nos fuimos al final de la Canal de Trea por el lado derecho. El camino correcto va más a la izquierda. Nos costó bastante encontrar la ruta correcta entre los brezos y perdimos un buen rato. Nos orientó el vallado del ganado de la Vega de Ario que veíamos en la lejanía, en una zona llamada Las Cruces.  Recuperadas las marcas de pintura el camino nos lleva entre un paisaje kárstico hasta la Vega de Ario, a la izquierda de un grupo de construcciones  abandonadas. La niebla nos dificultó este último tramo, pero entre retazos atisbamos el refugio. 

Buscando el camino, entre trazas de senderos de las vacas,
 que nos despistaban. En primer término unos apagallums

Costaba caminar, entre rocas y brezos sin fondo. 

Los brezos florecidos son un espectáculo. 

Seguimos subiendo por un terreno más cómodo. Venimos de esa loma con brezos. 

Tenemos que alcanzar ese colladito a la izquierda, Las Cruces (1571 m), en el que 
vimos una valla del ganado y fugazmente a alguna persona, montañero o ganadero. 

Pico de los Cabrones, Torre de Cerredo...Pronto estaremos a sus pies. 

Encontramos el poste que indicaba el camino de la Canal de Trea y Vega de Ario. 

Desde Las Cruces la Torre de Cerredo (2649 m), altitud máxima de Picos de Europa. 

Contemplando el macizo Central desde Las Cruces. 

Para llegar a Vega de Ario hay que superar un tramo bajo el dominio del karst. 

Llegando a Vega de Ario vemos a la derecha las casas abandonadas 
de los pastores. Eran más de 20 edificaciones. Una pena. 

Siempre me han encantado estos dibujos del agua en la caliza. 

Con esas maravillas de helechos, sobreviviendo entre las grietas con tan escaso sustrato. 

Refugio Vega de Ario. Estaba repleto y pide a gritos una ampliación. A pesar de ello guardamos
un magnífico recuerdo de los guardas, muy amables explicándonos la ruta de la siguiente 
etapa y de la magnífica cena, con unas lentejas aromatizadas con comino riquísimas. 




Entradas blog Anillo Picos de Europa: 

Primera Etapa. De Cordiñanes a Collado Jermoso (9 Septiembre de 2024)

Segunda Etapa. De Collado Jermoso a La Tenerosa  (10 Septiembre de 2024)

Tercera Etapa. De La Tenerosa a Poncebos (11 y 12 Septiembre de 2024)