(20 y 21 de Febrero de 2016).
La verdad es que no me canso de acudir casi cada año a estos dos míticos lugares de pajareo y algo más. La belleza de los paisajes siempre me ha atraído. También la esperanza de ver a la alondra de Dupont o ricotí, que sigue siendo una mácula en mi historial bimbero.
De nuevo en compañía de Juan Carlos/Nuria and friends: buena gente...Alguno aguantó el tipo a pesar del gripazo y los 39-40 grados de fiebre. Por mi parte dispuesto a repetir el próximo año, aunque esta vez tocaría en Noviembre. Y como no con los amigos de Allucant. Eso sí, nos falló el restaurante camino de Belchite y su magnífico bacalao.
Este año las fotos no son nada del otro mundo. Un hándicap fué que el día anterior se fueron casi todas las grullas (creo recordar que se fueron 30.000 o 40.000) y nos faltó ese mágico expectáculo de miles y miles de aves casi tapando el sol. Como siempre madrugón para ver salir a las grullas al amanecer.
Amanecer desde la ermita de la Virgen del Buen Acuerdo.
Grullas (Grus grus) y al fondo el castillo de Santed.
Pardillo hembra (Carduelis cannabina).
Triguero (Miliaria calandria).
Aguilucho pálido (Circus cyaneus).
Jugando con el enfoque...
Los siempres fotogénicos carrizos a contraluz.
Corneja (Corvus corone).
Jugando con esa luz que se nos va en segundos, pero que es mágica.
Geometrías en los sembrados.
De nuevo el buho o lechuza campestre (Asio flammeus) en Las Cuerlas.
Estuvimos como media hora viendo como cazaba.
Casi de noche la grata sorpresa de un manso zorro (Vus vulpes).
Se dejo fotografiar hasta con flash.
Tras cenar y dormir estupendamente en Allucant al día siguiente nos dirigimos hacia la laguna de Guialguerrero, cerca de Cubel, que no me sonaba de nada, aunque Oriol cree que ya habíamos estado. La zona es muy bonita: La Zaida, como casi siempre, seca como un bacalao.
Grupo familiar de grullas despegando.
Laguna de Guialguerrero.
La localidad de Cubel, en lo alto de un cerro.
Cereales en La Zaida.
Interminable recta hacia Santed.
Acabamos la jornada en Belchite, donde comimos bastante bien. Oriol llegó a ver fugazmente la alondra de Dupont o ricotí, aunque en todo caso se la oyó muy bien. Nos fallaron las gangas y ortegas, pero vimos muy bien al alcaraván.
El multicolor paisaje de Belchite.
Alcaraván (Burhinus oedicnemus).
Grullas en su eterno regreso al frío norte.
Atardecer sobre Belchite.
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