(Semana Santa 2016).
De nuevo volvemos con Santi Villa y Spainbirds para conocer nuevas especies de aves y de paso esa pequeña república báltica, a los que todos asociamos a Lituania y Estonia.
El objetivo principal son, entre otros, diversas anátidas que hivernan, aves forestales como el gallo lira y el grévol y diversos pícidos más difíciles de ver que en Iberia o que sencillamente no están presentes. Como siempre falla alguna especie, pero sin embargo te llevas alguna grata sorpresa.
Y si falla la fauna siempre tienes la camaradería de Santi Villa y lo que yo llamo "los Habituales". Casi parece el nombre de un grupo musical, quizás cubano.
Empiezo por la descripción de los paisajes y lugares que hemos visitado, con el aliciente final de una visita guiada al casco antiguo de Tallin, a la que dedicaré una entrada específica. Empiezo directamente el día 20 de Marzo, ya que el día 19 fué un largo traslado con escala en Frankfurt, donde nos reunificamos el sector catalán (Oriol, Fernando, Rosa y yo mismo) con el resto de expedicionarios, para recalar ya de noche en Tallin en el hotel PK Ilmarrine, justo en las afueras del casco antiguo.
Conocimos a Marikka y a su hija, encargadas de la agencia que nos organiza el viaje, con las que cenamos en un típico restaurante en Tallin. Aquí empezó un largo y difícil idilio (al final casi pesadilla) con el principal alimento del país: la patata... No recuerdo una sola comida en que no hubiesen patatas, fueran cocidas, en puré o guisadas.
20 de Marzo 2016
Salimos temprano del hotel para dirigirnos al puerto de Virtsu, donde tomamos un ferry que nos llevó a la isla de Muhu y luego, tras atravesar un dique a la isla de Saaremaa, donde nos alojaremos dos noches en la localidad de Kihelkonna, en el Loona Manor Guesthouse, que hace también de centro de visitantes del PN de Vilsnadi.
En el hotel de Tallin, conociendo a nuesto guía local, Margus.
Bonita motocicleta enfrente del hotel.
Atravesando el dique entre las islas de Saaremaa y Muhu, que se ve al fondo.
Llegando al Loona Manor, con una buena capa de nieve todavía.
Loona Manor Guesthouse, un excelente y acogedor establecimiento.
Absolutamente recomendable.
Agradable rincón en el piso de las habitaciones.
Todo un placer disfrutar de este paisaje.
Como ya toca ir de pajareo, tras la comida en el mismo establecimiento salimos hacia el puerto de Veere, donde vimos estupendamente a los haveldas y a una foca gris. Finalizamos el día en el cabo Undva, en el extremo nordoccidental de la isla, donde completamos otro de nuestros objetivos, el eider de Steller, ya dentro del PN de Vilsandi. De nuevo una agradable cena en el Loona Manor nos repuso del largo día de traslado.
Puerto de Veere, repleto de patos havelda de invernada.
Cabo Undva, donde vimos bastante biern al eider de Steller.
Segundo día en la isla de Saaremaa. Nos levantamos con una bonita nevada que ha teñido aún más de blanco los alrededores del Loona Manor. Huelga decir que el paseo antes de desayunar fué una delicia para los mediterráneos y esteparios como nosotros que pocas veces disfrutamos de la nieve. Sobran los comentarios.
Tras el desayuno nos dirigimos hacia el extremo suroccidental de la isla, en la península de Sääre, en el faro del mismo nombre. La zona fué escenario de combates en la 2ª Guerra Mundial y hay un museo a tal efecto. Por lo que entendí debe commemorar la batalla o guerra de Sorve, entre 1941 y 1944 . Nosotros lo vimos todo cerrado y desierto, a excepción de algún pajarero como nosotros. En el jardín de una casa abandonada vimos algunos grupos de Galanthus nivalis.
Saliendo del Loona Manor para tomar la carretera.
Placa que recuerda la efeméride bélica, en estonio, ruso y alemán.
Llegando al faro de Sääre.
Faro de Sääre.
Otra perspectiva del faro de Sääre.
De regreso a Kihelkonna via Rahuste, donde comimos en un espartano establecimiento que en realidad era una especie de Centro Cultural, pasamos primero por una zona de prados marinos, en un lugar creo que denominado Ulhorale. Lo digo porque cada vez escribo peor. Además tengo letra de médico. El lugar era muy desangelado, las aves estaban lejísimos y me dediqué a fotografiar las decrépitas granjas.
Yo diría que característica dejadez de las granjas...
El tractor debió conocer mejores épocas en la antigua URSS o CCCP.
Iglesia en Kihelkonna.
"Centro Cultural" en el que comimos, por cierto muy someramente...
Seguimos el pajareo a la caza del ratonero calzado, que vimos con el cata bastante bien en la zona llamada Kärla, junto a una granja de caballos con un dueño bastante desagradable...Eso sí sus hijas (supongo) estaban de muy buen ver...A continuación fuimos al puerto de Saarema, con una luz preciosa. Por la noche visitamos la Reserva Natural de Vidumäe a la caza de rapaces nocturnas, donde volví a ver al mochuelo chico.
Granja de caballos en Kärla.
En el Puerto de Saarema.
Fijaros como se había fundido casi toda la nieve de vuelta al Loona Manor.
En la RN de Vidumae, acechando nocturnas.
Abandonamos las islas y volvemos al continente tras desandar el camino hasta el puerto de Virtsu y con una paradita de nuevo en el dique que separa Muhu de Saaremaa para intentar ver bigotudo, que vimos pero muy fugazmente.
Extenso carrizal entre las dos islas.
La poca salinidad del Mar Báltico permite el crecimiento del carrizo.
Tras tomar de nuevo el ferry desembarcamos en Virtsu para trasladarnos al Roosta Holiday Village en Elbiku. Se encuentra situado unos 40 Km al norte del PN de Matsalu y a 20 Km ciudad de Haapsalu, en el extremo más al oeste de la Estonia continental.
Pero hasta llegar allí primero pasamos por la ciánaga de Tuhu. Parecía realmente una escena de El Señor de los Anillos. Y aquí fué donde vimos por vez primera el ampelis, bimbo para mí ya que me falló en Noruega.
Ciénaga de Tuhu. Por cierto la foto es con el iPhone de Oriol.
A continuación pasamos por un robledal en Matsalu donde pudimos ver estupendamente al pico mediano, para continuar hasta Lihula, donde Marikka tiene montada su empresa en un enorme caserón.
Chiringuito de Marikka en LIhula. Santi...a ver si espabilamos...
Curiosa estructura en Lihula. Supongo que un molino...
Comimos en Haapsalu, en un bonito aunque estrecho restaurante. Como casi siempre raciones bastante escasas. Me quedé con las ganas de visitar el derruido castillo que se veía desde el aparcamiento. Al parecer la ciudad es famosa por sus lodos termales.
Restaurante donde comimos en Haapsalu.
Castillo de Haapsalu. El actual data del Siglo XVII.
Seguimos visitando la bahia de Tagalath, en la misma ciudad de Haapsalu. No confundir con la bahía del mismo nombre que hay al norte de Saaremaa. Mientras pajareábamos Edu solucionaba sus problemas odontológicos. Algunos dimos un largo paseo, aunque nos contuvimos para no recibir un estirón de orejas...
Bahia de Tagalath. Al fondo un impresionante carrizal.
Se aprecia que era un ciudad residencial y termal.
Bonito...¿mirador?¿kiosco? ¿café?
Detalle de las cúpulas, supongo que ortodoxas.
Curioso "iceberg" en la bahia de Tagalath. En la foto de abajo vereís que era...
¡Una escultura de un oso! Ventajas de navegar por Google Earth...
Recalamos finalmente en las cómodas casetas en Elbiku, en el magnifico complejo del Roosta Holiday Village. Nos distribuímos por parejas en cómodas casetas de madera con todas las comodidades. Hasta lo encontré excesivo...No me habría importado ponernos 4 "solteros" por caseta. Lógicamente con un abaratamiento de la tarifa...la pela es la pela....
Caseta Nº 19. Al fondo y en 5 minutos caminando una preciosa bahía.
Madrugón sin desayunar para poder ver de madrugada a los gallos lira en los leks en la zona de Variku, a 20 Km al este de Elbiku. Hacía un frío que pelaba, aunque hay que decir que por fin vimos bastante bien a los gallos lira (fotográficamento no, pero o te montas un hide de noche o lo veo difícil).
A la derecha los gallos lira competían por las impávidas hembras.
El teleobjetivo también sirve para otras cosas...
La comida y la siguiente parada ornitológica fué ya en el PN de Mastsalu, en Haeska. Previamente pasamos por un viejo robledal junto a un lago cuyo nombre no recuerdo en el que no vimos a los pícidos esperados.
Innominado lugar camino de Haeska.
El albergue de Haeska es un lugar absolutamente idílico en la orilla norte de la bahía de Matsalu, preparado para ornitólogos. Nuestros anfitriones nos obsequiaron con una de las mejores comidas, sabrosa y abundante, en un precioso comedor.
Vista desde la torre de observación.
El magnífico albergue donde comimos. Al parecer también tiene alojamiento.
Preparados para la comida.
En plena acción.
Un paraíso limícola...
La siguiente parada fué en Puise, un pueblo de pescadores en el extremo oeste de la vertiente norte de la bahía de Matsalu. Recordad que había una curiosa habitación sobreelevada para ornitólogos. El ambiente era gélido.
Puise, en la bahía de Matsalu.
Sin duda el camión ha conocido tiempos mejores.
La jornada finalizó volviendo a Elbiku vía Haapsalu. Recordad que en las afueras de Haapsalu fué donde en un manzano vimos nada más y nada menos que 20 ampelis. La jornada finálizó en Elbiku con una jornada para ver nocturnas. Poco antes di un paseo hasta el mar (estaba a 5 minutos) y pude disfrutar de una inesperada puesta de sol. Desgraciadamente no llevaba móvil y no os pude avisar.
Abandonamos nuestras idílicas cabañas para desplazarnos a la ciudad de Rakvere, en la region de Alataguse, cerca de Rusia, donde pasamos otras dos noches en el Art Hotel. A primera hora dimos un paseo por los bosques de Elbiku, sin éxito en la localización del piquituerto lorito.
Comimos en un rústico restaurante en Haeska Puise, en un medieval ambiente. Eso si la cantidad de comida en los platos no fué nada medieval y desde luego que faltaron los juglares..
Parecía que este "rústico" lugar era el restaurante...igual se comía mejor...
Luego pensamos que era esta lujosa mansión y que Santi
había tirado la casa por el tejado.
Detalle del palacete.
Al final comimos en esta bodega medieval, rodeados de antiguas medidas vinícolas.
Nos desplazamos a Oandu, en el PN de Lahemaa, donde dimos un agradable paseo por sus nevados bosques. Aunque no vimos las aves deseadas el paseo fué de los mas agradable, por un bosque sin replantar. De hecho fué el momento en que menos aves vimos.
Paseando por el bosque de Oandu.
Un hermoso bosque sin tocar, árboles caídos incluídos.
Finalizamos el día en Rakvere. Tras dejar los bártulos en el hotel algunos subimos a su histórico castillo de Tarvanpea y paseamos por sus alrededores. El castillo data delos Siglos XIV al XVI y ha sido testigo de diversas guerras, empezando por la de la corona danesa con la orden Livonia germánica. Posteriormente el castillo perteneció a Rusia, Suecia y Polonia. Fué destruido en la guerra entre Suecia y Polonia en el Siglo XVI.
Subiendo al castillo de Tarvanpea.
Un salchicha con su propietaria contemplando el paisaje.
Posando en el castillo de Tarvanpea.
Últimas luces en el castillo. El tono rojizo es añadido,
ya que se nos escapó la luz por 5 minutos.
Ibérica estatua, que simboliza la bravura de los defensores del castillo.
Supongo que los nombres escritos son los que murieron.
Posando en tan histórico monumento.
Impresionante cornamenta del bóvido.
Otra visión del bravo toro.
"Mu maja" sin duda.
Iglesia en Rakvere.
Atardecer en Rakvere.
25 de Marzo 2016
Empezamos la mañana con un madrugón y desayunando como el día del gallo lira. Salimos de Rakvere hacia Tudu, en un lugar llamado Suigu LKA. Allí pasamos buena parte de la mañana. Lo más destacable fueron las increíbles pisadas de oso y el magnífico urogallo macho que vió Oriol y que Diego acertó a fotografiar.
Comimos de nuevo en Rakvere, para continuar visitando los bosques con la intención de cenar pronto para ver el cárabo uralense al anochecer. Cenamos tras recorrer de nuevo los bosques en un magnífico albergue llamado Matsu Talu Kulalistenoja, en Sahargu, cerca de Tudulina. Como que acababamos de ver el cárabo uralense muy bien suspendimos la salida nocturna y volvimos a Rakvere.
Me gustó que dejasen altísimos pinos en las zonas taladas.
Margus lo fabricó en un plis-plas...
Matasu Talu Kulanistenoja, donde cenamos un estupendo estofado de alce.
Acogedor comedor del lugar.
Vista exterior casi de noche ya.
26 de Marzo 2016
Última y corta jornada de pajareo, ya que por la tarde nos toca visitar Tallín. Fuimos a la búsqueda del grévol y los picos tridáctilo y dorsiblanco. Al menos tuvimos éxito en el último. Tras dejar el Art Hotel nos dirigimos al PN de Lahemaa. Primero visitamos Vihula, una zona residencial con un bonito molino.
Nuestro eficiente chófer preparando los equipajes.
Vihula.
Lago helado en Vihula.
Muy fotogénico molino.
Primer plano del molino.
Vista posterior. Era bonito desde todos los lados.
Visitamos a continuación la zona de Oandu, que ya habíamos visitado anteriormente, pero en sentido contrario. Primero una zona de robledal, creo que en la localidad de Sagadi y luego una zona boscosa, intuyo que en Palmse, para luego volver a Tallín, donde comimos en el mismo hotel PK Illmarrine.
Paseando en el PN de Lahemaa.
Buen reportaje de paisajes (estas últimas del molino han quedado muy bien).
ResponderEliminarLeo entre lineas que varios días has echado de menos tener un buen fuet a mano ;-)
Viaje fresquito por lo que se ve (sobre todo comparado con nuestras Bahamas)
Hablando de gallos lira, grévoles (invisibles) y frio, me recuerda mucho al de Polonia! Incluso la ultima foto la tengo muy parecida de allí.
Pues nada , esperamos las fotos mas pajareras, y seguro que alguna textura!
un saludo,
Rafa
Mejor tiempo que en Polonia pero mucho mas frio. El grèvol fue invisible pero vimos urogallo y el gallo lira mucho mejor. Un abrazo.
ResponderEliminarHola amigo! Menudo viaje chulo! los paisajes ya prometen, así que seguro que los pájaros no defraudan!!! Quedo a la espera... está más cerca el día que me apunte y coincidamos en uno... Un abrazo fuerte!
ResponderEliminarBueno, fotones pajaros no hay... pero vimos urogallo, gallo lira y ampelis bien. Hasta vimos pardillas...
ResponderEliminarAhí me has dao duro... Sigo huérfano de Pardas!!!
ResponderEliminarPues mira que las busco en Pardines porque ya sabes que cuando quieras te escapas con tu familia....
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