Y así, este 7 de marzo de 2015, Juan Carlos me recoge en Parets del Vallès para llegar a Roses sobre las 8:30, con tiempo para tomar un café. El día es soleado y por suerte la tramontana (viento del norte) ha amainado estos días. El barco está repleto y cuesta moverse por la cubierta.
De nuevo seguimos primero la desembocadura del Fluvià y la playa, para luego enfilar mar adentro para ver pelágicas y, soltando descartes de pescado, atraer a las aves. Esta vez el barco se ha adentrado bastante mar adentro y hemos llegado hasta Cadaqués, con la visión de centenares de grullas migrando por encima del mar hacia el norte. Posteriormente hemos puesto proa al Cap Norfeu para ver los nidos de cormoran moñudo, para recalar el Roses sobre las 13:30.
Tras ver a los cormoranes grandes (corb marí gros en catalán, Phalacrocorax carbo en latín) en el puerto con su característico vuelo rasante (les pesa el culo...) nos dirigimos a la playa y, como es habitual, y como todos los años en el mismo sitio, vemos un grupo de colimbos árticos (7 en total), en catalán calàbria agulla (Gavia arctica).
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)
Palista sudafricano que aprovecha las placenteras agua de la bahía de Roses.
La gola (desembocadura con su barra arenosa) del Fluvià,
con el majestuoso Canigò al fondo.
Nuestro fiel grupo de colimbos árticos (Gavia arctica).
Aunque este año las gaviotas y pelágicas han estado más flojas que otros años, hemos disfrutado de una decena de pardelas (baleares y mediterráneas, aunque bastante lejos), 2-3 alcatraces, un págalo grande, al menos una gaviota de Audoin, como es habitual muchas gaviotas patiamarillas, bastantes gaviotas reidoras y cabecinegras, algún charrán y, sobre todo, por lo poco frecuente, alguna gaviota tridáctila. También hemos visto un par de bandos enormes de grullas migrando por mar abierto, cosa también poco habitual. Ahí van algunas imágenes, empezando con unas patiamarillas (Larus cachinnans).
Y para acabar este pequeño bloque de marinas vistas en aguas más profundas una gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus) y una gaviota tridáctila (Rissa tridactyla), que no se ve todos los días en el Mediterráneo.
El barco se ha aproximado a los acantilados para ver los cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis), que tienen varios nidos, cuya puesta algunos años se malogra si hay temporal. Este año no hemos visto a la pareja de peregrinos, aunque sí que hemos visto a lo lejos un roquero solitario. Una curiosa estampa ha sido un grupo de garcetas (Egretta garcetta) descansando en los acantilados.
Gamo (Dama dama).
Galápago leproso (Mauremys leprosa).
Anade friso o anec griset (Anas strepera).
Anade real ó azulón hembra (Anas platyrhynchos)
La parejita de ánades frisos.
Rascón (Rallus aquaticus) entre el carrizo.
Composición en diagonal.
Ya sin luz un somormujo lavanco (Podiceps cristatus).
Y las aguas se tiñeron de sangre...
Composición crepuscular.
Y esta es la visión de la puesta de sol.
Bonita entrada amigo, y la verdad es que es cierto que viene con retraso... habéis tardado en salir, si, no salió ninguna Pardela?
ResponderEliminarUn abrazo.
Salieron 8 o 10, pero muy lejos. Lástima porque son de mis favoritas...
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