Sin duda una de las estrellas del viaje, dado que viven en dicho país todas las especies europeas de la familia Picidae excepto el pito de Levaillant, si no recuerdo mal, aunque algunas comunes en España cono el pito real son raras de ver.
Particularmente me hizo mucha ilusión ver perfectamente al pito negro, al que había visto fugazmente en Navarra y Cataluña. En esta ocasión lo vimos de lujo y en varias ocasiones. Y evidentemente la joya de la corona, el que más costó de ver, incluida caminata, abandonos y esguince de muñeca de Teresa, es decir el pico tridáctilo. El pito cano lo había visto bien en Rumanía. Sin embargo el pico sirio lo vimos mal y de lejos en Turquía y perfectamente en esta ocasión. También disfruté mucho con el mediano, "bimbo" para mí.
Me quedó por ver el dorsiblanco, a pesar de que lo buscamos con tesón. Y no se dejó ver, aunque sí oir muy bien el torcecuello. Hoy mismo lo he visto a placer a un minuto de mi lugar habitual de veraneo: podía poner la cafetera y al volver para ver si estaba en su posadero aún no había subido el café...pero este es tema para otra entrada.
Empezamos la serie con el pito negro (Dryocopus martius), ese gigantesco pico, grande como una corneja, que vimos a placer volando entre los hayedos, afortunadamente sin follaje. Como podeís apreciar esta la pareja, distinguible por la extensión del rojo de la cabeza.
Y por supuesto una serie con el "paseillo" con que nos obsequió este precioso macho de la especie. A destacar que el nido tenía una entrada trasera.
Una imagen testimonial del pito cano (Picus canus), que sólo pudimos ver en una ocasión, bastante mal por la inclemencias climáticas y la lejanía del ave.
Continuamos con el pico picapinos (Drentrocopos major) y el pico sirio (Drentrocopos siriacus), de nuevo con imágenes mas bien testimoniales, especialmente en el segundo caso ya que el día estaba oscuro y con una fina lluvia.
Seguimos con el minúsculo pico menor (Drentrocopos minor) y el anhelado (en mi caso) pico mediano (Drentrocopos medius). En el segundo caso me permito poner (con su permiso) una foto de Santi, que lo capturó mejor que yo.
Y por último el más esquivo de los picos, el tridáctilo (Picoides tridactylus), muy diferente anatómicamente de los demás, no sólo por tener tres dedos hacia adelante sino por la curiosa forma de su cabeza. No costó varios intentos, algunos entre nevadas, y al final tras una larga caminata lo pudimos ver muy bien en medio de un bosque. Lástima por Santi y por los que tuvieron que retirarse.
Las fotos no son nada del otro mundo, ya que era difícil acercarse más y fastidiar la contemplación a los demás, pero creo que reflejan muy bien el entorno en el que vive tan esquivo pico. Edito el post con una recreación de la penúltima foto en la que se aprecia más el detalle del ave.
Me comenta Rafa que no puede publicar comentarios. Hago una prueba a ver que pasa.
ResponderEliminar